Por: Ana Sofía Burgos Caro – Estudiante de enfermería (VIII Semestre)
Al ser humano le son inherentes miles de aspectos en los que radica precisamente ese sentido de “humanidad”, somos una especie que se diferencia de los demás seres vivos por poseer la capacidad cerebral de reflejar la realidad en forma de sensaciones, percepciones y pensamientos. Al tratar con cualquier sujeto es fundamental conocer el contexto biopsicosocial en el que se desarrolla, pues esto determina de gran manera su forma de pensar, de comportarse y de expresarse, lo que, aunque no parezca, puede llegar a influir de manera directa sobre el estado de salud de las personas.
Para aclarar lo anteriormente dicho, cabe decir que el proceso para demostrar la interrelación existente entre mente (cerebro en interrelación con la cultura), sistema nervioso, sistema endocrino y sistema inmune, fue algo bastante largo. Actualmente gran parte de lo anterior se le atribuye al hipotálamo, la amígdala y demás estructuras del sistema límbico, regiones cerebrales con la capacidad de controlar el comportamiento, las emociones y la respuesta inmunológica, desde aquí se ve como esta pequeña parte del cerebro integra cuerpo y mente.
De igual manera es importante conocer lo que se denomina como “Sistema integrado”, que refiere a la comunicación entre: Mente – Sistema nervioso (SN) – Sistema endocrino (SE) – Sistema inmune (SI); los tres sistemas tienen grandes similitudes, responden a estímulos, se adaptan a condiciones y regulan sus mecanismos mediante lazos de retroalimentación negativa, además es indudable la comunicación entre los componentes de cada uno de ellos (neurotransmisores, hormonas, citocinas), que trabajan en conjunto para conservar la salud y mantener el equilibrio interno del organismo. Con base en lo anterior cabe destacar que el SN percibe y da respuesta a los cambios internos y externos, el SI detecta y elimina los agentes peligrosos y el sistema endocrino proporciona la respuesta mas conveniente ante la situación, sobre lo que también influyen los factores psicológicos.
Es con base en lo anterior que se establece el ejemplo del estrés, que en cantidades normales se entiende como un factor de ayuda para al organismo, pues le permite reaccionar ante ciertas situaciones y adaptarse; caso contrario a lo que sucede cuando el estrés no se controla, pasa a ser crónico y esto produce múltiples problemáticas en la salud; es por esto que el mismo se relaciona directamente con la aparición de enfermedades coronarias y el proceso de ateroesclerosis. Otros trastornos como enfermedades autoinmunes y trastornos de la piel, muestran una fuerte relación entre el sistema inmune y el estado psicológico de las personas.
La psiconeuroinmunoendocrinología es la ciencia que se encarga del estudio de las problemáticas de salud desde una perspectiva integral en la que se considera que todos los sistemas aquí tratados se interconectan, se interrelacionan y son interdependientes, lo que permite el funcionamiento armónico del cuerpo en el medio de desarrollo, proponiendo así un modelo integrador que permite retomar factores biopsicosociales y establecer su importancia en los procesos de salud – enfermedad.
Es así como una inadecuada gestión de las emociones puede influir de manera negativa en nuestro estado de salud y es aquí donde radica la importancia actual del enfoque multidisciplinario en el abordaje terapéutico de las enfermedades contemplando más que los aspectos somáticos.