Es frecuente encontrar en el campo, cultivos específicos de alimentos con formas tradicionales o lineales y pocas veces se identifican de manera circular, sin embargo, los últimos pueden proporcionar ventajas que los otros no permiten.
Los cultivos circulares son formas de producción antiguas que algunos agricultores utilizan hoy en día para establecer en un espacio reducido, tierra fértil; lo que contribuye a un mejor aprovechamiento de la tierra debido a que permite cultivar distintos alimentos (agrodiversidad) y así mismo, promueve la optimización de recursos correspondientes al gasto de agua y a la mano de obra.
Además, también representa una facilidad para comunidades que quieran obtener varios productos para su consumo desde una huerta circular; representando un cambio de perspectiva en cuanto a la producción y consumo de alimentos, ya que existe una participación solidaria y un beneficio en comunidad.