Abstract
Las bacterias son viejas parientes evolutivas con las que compartimos antepasados comunes, que más se parecen a ellas que a nosotros. En términos bacteriocéntricos, para dejar por alguna vez el antropocentrismoque caracteriza nuestra ciencia, los seres humanos no seríamos más que bacterias complejas. Vida microbiana en evolución, producto del azar de una serie de simbiosis microbianas que nos conformamos en organismos complejos, evolutivamente hace muy poco, aparecidos en la larga y llena de extinciones y apariciones, historia de la Vida en la Tierra. Bípedos implumes, que andamos por este mundo, que moldearon y sustentan las bacterias, creyéndonos amos y señores del Universo. Si los dinosaurios desarrollaron tamaños exagerados, el Homo sapiens, sapiens, desarrolló una megalomanía extraordinaria. Las bacterias están por todas partes, en el aire, en las rocas, en el suelo y en el subsuelo, en el agua, en el mar y en el hielo; en nuestra piel, en la boca, en las narices, en la garganta, en el intestino, en la vagina; entre el petróleo, en los alimentos, en las plantas y en los animales. Las bacterias hacen parte integral de nuestro medio ambiente que está íntimamente entrelazado con ellas y también hacen parte de nuestro organismo: el 10% del peso de nuestro cuerpo seco corresponde a bacterias, que en número aproximado de cien mil billones, cohabitan con nosotros en nuestro cuerpo.